20 diciembre 2010

En el Castillo de Chapultepec


El pianista y compositor mexicano David García Hernández ejecuta al piano "Copo de Algodón", de su autoría, al término de su Concierto de Navidad en el Castillo de Chapultepec. 19 de diciembre de 2010

29 noviembre 2010

Copo de algodón: una transportación al pasado: La Nota México


Desde hace 30 años, y en forma consecutiva, La ciudad de México se engalana al celebrar, en uno de los espacios preferidos para el goce de las artes, la Feria Internacional del Libro Infantil y juvenil.
Los pasillos del Centro Nacional de las Artes (Cenart) han visto desfilar incontables títulos de libros y han formado parte de cientos de actividades dirigidas ingeniosamente a niños y jóvenes con el afán de fomentar el amor por lectura.
Este año quiero destacar el libro: Copo de algodón, texto escrito por María García Esperón y bellamente ilustrado por Marcos Almada Rivero. En éste viaje, la protagonista nos lleva de manera creativa a sentirnos parte de la tierra, de las costumbres, de la comida y del dolor que vivieron nuestros antepasados prehispánicos.
Con la iniciativa de compartir un pasado ligado al linaje de la hija del rey Moctezuma, la autora nos demuestra, en un relato lleno de tradición, que con palabras transformadas en acciones, el pasado nos puede transportar a un presente repleto de esperanza y de coraje que nos hace ser y pensar en el futuro como mexicanos.
Así que, grande o pequeño, puedes disfrutar y ser parte de un universo de letras, música, teatro y danza que te llevará a tener grandes aventuras que la feria del libro brindará a manos llenas hasta el domingo 21 de noviembre de 2010.

Fuente: lanotamexico.com

27 noviembre 2010

Un pasado muy presente en el Segundo Congreso de la Palabra en Guanajuato

Copo de Algodón
Un pasado muy presente. Un pasado lleno de futuro

*Conferencia pronunciada por María García Esperón en el II Congreso de la Palabra y 3er. Congreso Internacional de Comunicación y Lengua en Salamanca, Guanajuato

Yo tengo voz. Tu voz es mi lenguaje.* Partiendo de esta realidad constatada fui a buscar a una niña que vivió en el siglo XVI, en Tenochtitlan, la gran Ciudad de la laguna, para a través de mi voz, que la tengo no por el hecho de ser escritora, sino ser humano, recoger su lenguaje como un legado, como una herencia preciosa.

Preciosa como el oro, como el jade, como las plumas de quetzal. Preciosa como el agua dormida en la laguna de reflejos turquesa, como las alas de la serpiente emplumada, como las flores y los cantos del poeta azteca que nos dice dulcemente que "sólo venimos a dormir, sólo venimos a soñar, no es verdad, no, que venimos a vivir en la tierra".

Y si sólo venimos a soñar, si estamos hechos de la misma materia que nuestros sueños, como dijo Shakespeare, si toda la vida es sueño, como dijo Calderón de la Barca, a decir verdad yo escuché por primera vez la voz de esta niña en un sueño de mi infancia. Hace tantos años conocí su nombre, tan poético, tan blanco, tan eufónico que crecí de la mano de su blanca sombra y muchas veces me identifiqué con ella.

Es un personaje histórico. Hay huella documental de su paso por el mundo, por el continente americano, por México. Se sabe aproximadamente la fecha de su nacimiento y también la de su muerte. 1507-1550. Vivió pocos años para nuestros criterios modernos, pero en esos 43 años vivió mucho, y sin moverse de su ciudad natal cambió de mundo, de nombre, de cosmovisión y quizá de creencia.

Fue esposa de dos emperadores aztecas. Fue la mujer de tres caballeros españoles. Fue princesa en Tenochtitlan y Señora en la Nueva España. Perdió un mundo y ganó otro. Tuvo un destino tan alto, brilló tanto, que cegó los ojos de los historiadores: no la vieron. Fundó la mexicanidad y no hubo tlacuilo que la representara en un libro de pinturas, ni pintor de corte que la pintara.

No conocemos su rostro. Pero podemos imaginarlo si escuchamos su voz. Y para escuchar esta voz del pasado y conquistar nuestro lenguaje del presente, pongamos el oído en el caracol del tiempo y pensemos que somos sueños que vamos al encuentro de otro sueño, al encuentro de una niña que vivió hace 500 años.
Una niña azteca.
Una niña que fue la hija favorita del gran señor Moctezuma.
Y que se llamó Copo de Algodón. En náhuatl, Tecuixpo Ixtlaxóchitl.

La ciudad está custodiada por los volcanes en la lejanía. El Templo Mayor se levanta imponente con sus santuarios dedicados a Tláloc y Huitzilopochtli. La vida transcurre sobre la laguna y dentro de las bien pulimentadas casas de nobles y macehuales. El comercio florece y la pujante Tenochtitlan cumple con su cometido de alimentar la energía del Universo con las guerras y sus prisioneros, con el corazón de los sacrificados.

El Gran Señor Moctezuma ha ordenado que nadie lo mire a la cara. Es el Gran Tlatoani, y tlatoani en náhuatl quiere decir “ El que habla”. Entonces para el pueblo azteca el digno de gobernar es el que mejor posee la voz... el que mejor tlahtoa, habla y habla en esa lengua que es una maravilla, suave y poética, apta para la expresión de la filosofía, precisa para las distinciones botánicas y zoológicas, joven, fuerte, soñadora, aglutinante, incluyente: el náhuatl.

El Gran Tlatoani es temido por sus súbditos, es respetado, admirado. Es sobrio, serio, introspectivo. Gusta de retirarse a meditar en la llamada Casa de lo Negro, donde tiene visiones divinas. Sueña (sólo venimos a soñar). Intuye. Se autolacera. Se sangra los muslos y recoge su sangre en una jícara que ofrece a las deidades. Cree en el Señor del Cerca y del Junto, la deidad dual Ometecuhtli, sabe que la muerte forma parte de la vida y que el tiempo y el espacio son una unidad. Los días llegan especializados, procedentes de los cuatro rumbos. El tiempo nace y muere cada 52 años, el siglo azteca. A Moctezuma le toca encabezar la ceremonia del fuego nuevo que se enciende en el Cerro de la estrella en el pecho abierto de un sacrificado, un valiente guerrero tlatelolca.

Bajo su mandato alcanzó el imperio su máxima extensión. Sin poderlo precisar actualmente se considera que el dominio del gran señor Moctezuma llegó hasta Nicaragua- Nican Anáhuac “hasta aquí el Anáhuac”.
El gran Moctezuma de la silla de oro, dijo Rubén Darío. El temido señor en cuyo honor se daban diariamente banquetes exquisitos, que él sólo degustaba. No volvía a usar la misma vajilla, ni el mismo manto, ni el mismo calzado.

Al Gran Tlatoani le nació una hija de su esposa Teyhualco. Y es aquí donde la figura mítica y solemne de Moctezuma se humaniza. La paternidad lo cambia, adora a esa niña que imaginamos parecida a él, a sus pasos prendida, enlazando su cuello con el collar del cariño A esa niña a la que él mismo impuso el nombre, de quién él mismo escrutó los destinos en el misterioso tonalpohualli, esa especie de horóscopo azteca que nos sigue asombrando con su poesía, con su intentona de desde el presente aprehender el misterioso futuro.

Moctezuma le puso su nombre. La nombró. Cada palabra nombra el Universo que nos distancia, dice el poeta. Y la dijo Copo de Algodón, la flor blanca por excelencia en el Universo que distanciaba a los guerreros como Moctezuma, acostumbrados a la sangre y al sacrificio, de las flores delicadas y los cantos dulces, in xóchitl in cuícatl: lo imperecedero de la cultura azteca: su tenue poesía.

Nosotros que somos sueños al encuentro de un sueño, miramos ya a Copo de Algodón, sus nueve años vestidos con un huipil blanco, corriendo confiada en el palacio de Moctezuma, jugando y aprendiendo en el tepochcalli. Y ya nos habla y nos trae noticias del pasado y nos cuenta que a los 9 años la han destinado a ser la esposa de Cuitláhuac, el señor de Iztapalapa, hermano de Moctezuma, el más sabio, el mejor en el consejo.

¡Cómo! ¿Esposa niña? No apliquemos criterios anacrónicos, Tecuixpo continuará con su vida de niña sin el menor deber marital; Cuitláhuac tiene esposas adultas, siendo la primera la señora Papatzin. Y Copo de Algodón, nuestra niña-sueño, se casa con Cuitláhuac en una ceremonia llena de simbolismo y de poesía, en la que atan sus mantos en un nudo que es también una palabra, que es la palabra siempre…

Tu voz es mi lenguaje, pequeña Tecuixpo, podemos decirle. Y con nuestro lenguaje traducir, vivir los sentimientos que experimenta una niña tan inocente al verse protagonista de una boda real. No es un cuento de hadas. Es historia. Historia con personas y con sentimientos, con esperanzas y con desilusiones, con construcciones y con rompimientos.

No ha salido de la magia de su boda nuestra Tecuixpo cuando el inflexible calendario azteca revela el cumplimiento de las profecías. Quetzalcóatl ha regresado y lo acompañan 400 guerreros de cabellos rubios y tez blanca. Quetzalcóatl viene a ocupar su trono, que es el del Anáhuac. Y Quetzalcóatl se llama Hernán Cortés y hace prisionero a Moctezuma en su propio palacio y ocurre la espantosa matanza en el Templo Mayor y la desgracia se apodera de la casa de Moctezuma y de Tenochtitlan entera y a los ojos de todos se desmorona su mundo.

Esto lo hemos leído en los libros de Historia, nos lo hemos repetido, aprendido de memoria, o mejor dicho, olvidado de memoria porque seamos sinceros: ¿de verdad hemos reflexionado en ello, nos hemos detenido a escuchar las voces remotas, el lenguaje en el que se escribió la fundación de nuestra identidad como mexicanos? ¿Hemos hurgado en los renglones, hemos examinado con lupa los dibujos de los códices, hemos visto a los ojos las palabras de Bernal Díaz del Castillo, el cronista de la Conquista, nos hemos visto a nosotros mismos a los ojos, nos hemos escuchado pacientemente, sin etiquetas, sin juicios, nos hemos preguntado de dónde venimos, quiénes somos, cómo hemos sido?

Pues todas esas preguntas se las hace la niña-sueño de este libro. Se las hace en el momento en que ocurren los acontecimientos. Desprejuiciada escucha a los españoles, le cae bien Bernal Díaz, se siente muy cercana al paje Orteguilla, admira y teme a Hernán Cortés, lo aprecia. Se da cuenta que son enemigos, pero también se da cuenta que durante algunas semanas su padre y Cortés dialogan, se escuchan, intercambian lenguaje, vencen las diferencias de idioma y cultura, pasean, cazan, ríen juntos. Y se da cuenta que chocan, que se rechazan, que se agraden por no soportar sus diferencias, que Cortés deshonra el templo horrorizado por los dioses sangrientos que veía, incapaz de comprender la honda espiritualidad azteca detrás de esas costras de sangre de los ídolos, de los cabellos hediondos –sangre vieja y vísceras de los sacerdotes. Tecuixpo asiste al momento en que esos dos hombres se gritan, se insultan, se echan a la cara sus diferentes culturas como si cada una fuera un insulto, una bofetada en el rostro de la otra.

Cada palabra nos suma al infinito, dice el poeta. Y cada palabra española que aprendía Tecuixpo en esa convivencia forzada la sumaba al infinito, la tejía en otra tela, la soñaba en otro sueño. Y asomada al lenguaje de los españoles se dio cuenta que Cortés lloró con sinceridad la muerte de Moctezuma, lo cuenta Bernal Díaz y nosotros lo sentimos a través de Copo de Algodón, porque la hacemos voz y la hacemos letras y con ella nos hacemos infinitos para comprender estos delicados momentos que nos fundaron, que nos hicieron ser cómo somos…

En cada nombre habita un mundo inmenso. En cada nombre hay muerte y hay orígenes. En el nombre de Copo de Algodón está la muerte de un mundo y el origen de otro. Muere Tecuixpo Ixtlaxóchitl en su mundo indígena y nace Isabel en su mundo nuevo, que no es solamente español ni solamente azteca, sino que es conjunción –a ratos se antoja imposible- de dos infinitos: el Mediterráneo con sus griegos, romanos, fenicios, árabes, íberos, celtas… y el Anáhuac con sus pueblos peregrinos y guerreros, sacrificados y crueles, hombres calendario y hombres estrella, fatalistas de los astros, macehuales merecidos de Quetzalcóatl, pueblo de sol de destino inmenso que acostumbramos considerar truncado por la conquista española y que tal vez desde los ojos de Tecuixpo aprendamos a mirar de una manera diferente, a superar el llamado trauma de la conquista y a invocar y congregar, a nombrar y aceptar y nombrar de nuevo nuestras dos tradiciones infinitas y comprender que Mediterráneo y Anáhuac son lo mismo en su diferencia: entre tierra y entre agua por sus respectivas etimologías.

Seguir soñando y despertar en un sueño mejor en el que le damos la bienvenida a todas las palabras, en castellano y en náhuatl. A todos los ojos y a todas las conciencias, a Sócrates y a Nezahualcóyotl, a Cortés y a Moctezuma, a Andalucía y a Oaxaca, a los gitanos y a los tarahumaras, al Guadalquivir y al Usumacinta, a Tecuixpo Ixtlaxóchitl y a Isabel Moctezuma, una niña de 9 años a la que le hemos dado la oportunidad de decir y de decirnos, parada de puntillas desde sus sandalias aztecas: Yo soy la voz, tengo el lenguaje.

* Las palabras en cursivas pertenecen al poema Cada Palabra, de Aurelio González Ovies


18 noviembre 2010

Copo de Algodón en el Templo Mayor: video

14 noviembre 2010

En la música de David García Hernández



David García Hernández es un músico mexicano que encuentra riqueza e inspiración particularmente en la tradición cultural mexicana. Su disco "Canción para el corazón de un niño" es poesía musical, delicadeza que se entraña desde las primeras notas en las que traduce el alma de los juguetes mexicanos. En esta ocasión nos presenta un tema inspirado en Copo de Algodón, la niña azteca que vine despertando a través de las palabras de una novela y ahora en esta composición en la que David ha logrado hacer cantar al alma de Tecuixpo. 


Dentro de mis composiciones, este es un tema muy especial que surgió a raíz de haber leído el libro del mismo título escrito por María García Esperón, de Ediciones El Naranjo, que narra la infancia de Tecuixpo Ixtlaxóchiltl, quien fuera la hija favorita de Moctezuma II, Emperatriz de México que vivió durante su niñez la época de esplendor del pueblo mexica, y sobrevivió a la conquista de México-Tenochtitlan relizada por Hernán Cortés en 1521. Espero que logren percibir la inocencia de Copo de Algodón en estas sencillas notas de piano escritas especialmente para ellas, y dictadas por la magia, misticismo y calidez que guardan los instrumentos prehispánicos, manifestados a través de mi inspiración (David García Hernández)

05 noviembre 2010

En la FILIJ



Ediciones EL Naranjo te invita al espectáculo de música prehispánica en el que se escenificará el libro:
Copo de Algodón,
de la autora María García Esperón y con ilustraciones de Marcos Almada.
Con la participación de Valentina Ortiz, Araceli Romero, Aldo Aquino y Aldo Flores.

Sábado 13 de noviembre a las 12:00 horas, Plaza del Cuento
del Centro Nacional de las Artes, Calzada de Tlapan y Río Churubusco.
30 Aniversario Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil.

27 octubre 2010

Una princesa azteca en busca de lectores en Guadalajara

Copo de Algodón se presenta sola. Desde la portada de su libro, les habló a los niños de la Escuela Urbana "Josefina Sánchez M", de su vida mexica, de su padre Moctezuma y la Casa de las Aves, de la alegría de haber vivido en la ciudad de la laguna y de la tristeza de haberla perdido. Pero también de la esperanza, de la fe en el mundo nuevo que ella ayudó a construir. 

Los niños de la Escuela Urbana "Josefina Sánchez M" conocieron a Copo de Algodón
Una princesa azteca en busca de lectores

En un auditorio colmado hablamos largo y tendido sobre el gran señor Moctezuma y su pequeña hija.

Mostrando los dibujos de Marcos Almada
Muchos niños se acercaron para externar sus impresiones de la calurosa charla que sostuvimos

Jonathan fue de los estudiantes más participativos en este diálogo en torno a los libros





26 octubre 2010

Historias que una niña contó, reseña de José Cruz Domínguez



Historias que una niña contó

Por José Cruz Domínguez Osorio
Diario de Xalapa, sección Cultura, 25 de octubre de 2010

Los ojos bien abiertos de una niña ven pasar la vida, la de ella, la de sus padres y de todos los habitantes de Tenochtitlan antes, durante y después de la llegada de Hernán Cortés y otros españoles hacia el gran valle mexicano. Es la voz infantil (la de Copo de algodón) la que narra la historia. Pocas veces dejamos que los niños nos cuenten el origen de sus emociones: las alegrías, sus enojos y preocupaciones. Esta vez el imaginario de María García Esperón obsequia al lector el registro de este pasaje histórico de México a través de lo que una niña, hija del emperador mexica, fue registrando de la cotidianidad que se vivía en el esplendoroso imperio mexica.

Copo de Algodón (Ediciones El Naranjo, 2010) propone un acercamiento con niños y jóvenes a este pasaje histórico, al tiempo atrás de hombres y mujeres, en suma, de familias enteras integrantes todas ellas de la civilización mexica. Escuchar la voz de Copo de Algodón a través de las letras fue como si se hubiera obtenido con ella, su protagonista, una conversación pausada, pormenorizada de cada suceso. Con el avance en la lectura, Copo de Algodón nos adentra en el camino y nos abre los arbustos para llegar a los parajes de la gran ciudad de Tenochtitlan y con Copo de Algodón, quien nos informa, ante el asombro de ver a aquellas personas de las que ha oído hablar desde hace algún tiempo: "Tengo que restregarme los ojos para creer lo que estoy viendo. Los extranjeros, que ahora sé que se llaman españoles, están tocando a Moctezuma, lo palpan, le dan palmadas, mancillan el penacho de plumas, que se ha ladeado un poco y eso no lo quiero ver, dejan la huella de sus manos en el manto verde de los tlatoanis, hacen que los señores aztecas arruguen la nariz, pues hieden (página 71). García Esperón, al dar voz a la pequeña protagonista, nos enseña cuán importante es dejar ue los niños expresen sus ideas. Es un gran acierto que la mirada y la voz de una niña nos informen estos hechos.
Cabe hacer mención y destacar los trazos en cada ilustración creada por por Marcos Almada Rivero. Los rostros de personas y animales, las vestiduras y otros ornamentos, árboles, pájaros y esculturas fueron dibujados tanto con la mano como con los sentimientos de la lectura que debió haber hecho Almada Rivero para poder darle un rostro a las letras de María García Esperón.
La conjugación de estos dos talentos nos ofrece una aventura por páginas llena de novedades asombrosas, de aventuras que se tradujeron en hechos de exterminio hacia la cultura mexica. Quinientos años que se extendieron con el eco de Copo de Algodón.

22 octubre 2010

Espectáculo prehispánico basado en Copo de Algodón en Iztapalapa



En la Explanada de la Delegación Iztapalapa, el sábado 23 de octubre a las 19 hrs. será presentado el espectáculo de música prehispánica ideado por Valentina Ortiz sobre la novela Copo de Algodón. Será toda una experiencia disfrutar del trabajo de Araceli Romero, Aldo Aquino, Aldo Flores y Diego Lorenzana en uno de los lugares emblemáticos de la historia mexica...





...pues hace muchos años, tantos que ya nadie puede contar, fue Cuitláhuac, el aguerrido hermano de Moctezuma, señor de Iztapalapa, el lugar situado sobre las losas del agua.

14 octubre 2010

Fiesta mexicana en Suiza

El 24 de septiembre de 2010, Don Carlos Ospina Esperón, su esposa Sissi y muchos amigos entusiastas, ofrecieron una fiesta mexicana en un restaurante en Suiza en honor de Copo de Algodón, que al mismo tiempo se presentaba en México, en el Templo Mayor, y por supuesto, de la música de Don Manuel Esperón. Los sones de Ay Jalisco no te rajes se escucharon, mientras la alegría y el retrato de Copo de Algodón circulaban entre los asistentes. Don Carlos ha sido tan gentil de enviar las fotos de una celebración que ya queda para siempre en un recuerdo que caluroso se tiende de un continente a otro.

Sissi, en Suiza con Copo

Y del otro lado del mundo...







Salud y antojitos. (Ya se nos antojaron, se ven muy saludables)

Ay Jalisco, no te rajes

Más mexicano no se puede

Un gran ambiente tricolor en el Restaurante Frohsinn

Carlos, Sissi y muy queridos amigos



12 octubre 2010

Música para Copo de Algodón

David García frente al Museo del Virreinato, antes de una actuación



Hoy, a través de la música de David García, que por teléfono me dio a conocer la primera de sus composiciones inspiradas en la novela Copo de Algodón, se dibujó ante mis ojos el hermoso mundo de esta niña mexica: toda su frescura, su inocencia, el canto de sus pájaros, su esperanza y su eternidad. 
David ha realizado una obra sorprendente, integrando al piano los instrumentos prehispánicos tradicionales y captando de una manera poderosa la vibración musical del alma de Copo. La música alcanza ese lugar misterioso al que las letras solamente llegan cuando a su vez se convierten en música. Caracol del tiempo, su Copo de Algodón me miró a los ojos  con sus ojos musicales y con la danza del viento y de las cañas de la vieja Tenochtitlan. 

Gracias a su música, pude ver a Copo feliz en sus jardines colmados de pájaros, de flores y de cantos...

No pasarán muchos días, ni la rueda del calendario azteca implícita en la estructura de la novela dará muchas vueltas, para que los niños de México puedan conocer esta pieza de orfebrería musical, esta partitura de flor y canto que es la Copo de Algodón de David García Hernández.

07 octubre 2010

Copo de Algodón en las Bibliotecas Escolares

Marcos Almada y yo a  la sombra del Naranjo.  Foto: Ana Laura Delgado

Un hermoso sueño se ha cumplido y el libro que hicimos Marcos Almada y yo a la sombra de nuestra muy querida Ediciones El Naranjo ha sido seleccionado para integrar las Bibliotecas Escolares 2010-2011.

 ¿Qué significa esto? Que la voz de la hija de Moctezuma podrá ser escuchada por jóvenes de secundarias públicas de gran parte del país o del país entero al ser albergado el volumen en las bibliotecas de las escuelas.

La lista de libros seleccionados -Bibliotecas Escolares y de Aula-  puede consultarse en la página del Programa Nacional de Lectura de la Dirección General de Materiales Educativos de la Secretaría de Educación Pública, y en ella encontrar la levedad decidida de un Copo de Algodón.

01 octubre 2010

Copo de Algodón en el Centro Bancomer: Galería

Una presentación especial de Copo de Algodón para la comunidad Bancomer, en la Ciudad de México

En la escalera de acceso a la Auditorio, el pensativo Moctezuma de Marcos Almada daba la bienvenida

Momentos antes de entregar el códice al mundo prehispánico

Araceli Romero entrega semillas del Anáhuac a cambio del códice de la vida de Tecuixpo

Valentina Ortiz recrea con palabras a la Gran Tenochtitlan

Araceli danza el mundo de flores y cantos de Tecuixpo

Valentina y Araceli, inmersas en el dolor de haber perdido la gran ciudad de la laguna

Aldo Flores al final del espectáculo: nos quedan las flores y los cantos

Araceli repartiendo plumas -esperanza y vuelo- entre los asistentes

Gracias

Firma de libros y muchos abrazos

Niños muy pequeños con la conciencia muy despierta comentaban el espectáculo de música prehispánica

Con Aldo Flores, que interpretó al gran Moctezuma y tocó varios instrumentos prehispánicos


Asomarse a la historia de Tecuixpo: una aventura que comienza

30 septiembre 2010

Una danza para Copo de Algodón


Baila: Araceli Romero.
Flauta: Aldo Flores
Percusiones: Valentina Ortiz

Presentación de Copo de Algodón en el Centro Bancomer.
30 septiembre 2010

En el Centro Bancomer

Ediciones El Naranjo te invitan a la presentación del libro:

Copo de Algodón
de María García Esperón con ilustraciones de Marcos Almada
Auditorio del Centro Bancomer, Av. Universidad 1200, Col. Xoco
Jueves 30 de septiembre a las 5:00 p.m.

Ven y disfruta de un maravilloso espectáculo de música prehispánica.

¡NO FALTES! Se regalarán libros que te podrán firmar la autora y el ilustrador al final del evento.

¡Invita a tus amigos y familia!

Entrada libre.

Sácale Jugo a la Lectura

28 septiembre 2010

En el Templo Mayor: Galería

Fotografías: Ana Laura Delgado

Fue emocionante sentirse un antiguo tlacuilo y pensar este libro como un códice

La pirámide de Marcos Almada asoma desde su libro.

Toda una fiesta de cariño para recibir a la hija del gran Moctezuma

Muchas vestimos huipiles en honor de Copo de Algodón

Los cantos, las flores, las semillas... la vida

Las palabras que envió Aurelio González Ovies resonaron en el mundo azteca que recreamos

Marcos Almada explicó aspectos interesantes de la ilustración del libro

El momento emocionante en que hice entrega del códice y recibí a cambio semillas que serán enviadas a Asturias

El Naranjo sembró un árbol en el Templo Mayor. Con Ana Laura Delgado y Marcos Almada

¡Larga vida a Copo de Algodón!

26 septiembre 2010

Un pasado muy presente

Un pasado muy presente: en los cimientos del Templo Mayor y sus capas de tiempo


 Es imposible reflejar, ya con palabras, con imágenes o videos, la compleja experiencia que vivimos hoy quienes asistimos a la presentación de un espectáculo teatral coordinado por Valentina Ortiz en torno a Copo de Algodón. El ritual impregnaba los rincones del Auditorio Eduardo Matos Moctezuma en esta presentación del libro editado por El Naranjo. Como introducción, leí ante los presentes las palabras que el poeta asturiano Aurelio González Ovies dedicó a Copo de Algodón: "Ser feliz es muy breve", como cantaban los antiguos poetas de Texcoco y Tenochtitlan, de Tacuba y Tlatelolco, al contemplar la fugacidad de la vida aquí en Tlaltícpac, aquí sobre la tierra:




Acto seguido, dio comienzo un montaje teatral que a los segundos ya se había convertido en una puesta en operación de las verdades del mito. La bailarina prehispánica me hizo entrega de unas semillas sagradas en intercambio del códice -esto es, del libro que cuenta la historia de la princesa azteca-. En ese momento se sintió algo especial en el auditorio, un soplo que nos despejaba el camino para emprender un viaje al pasado, al centro del cosmos mexica, al centro de nosotros mismos.

La puesta en escena dirigida por Valentina Ortiz conmovió y despertó raíces dormidas. 

El actor que había sido maquillado como el Señor de la Aurora, con los ojos ensombrecidos, tomó la palabra en nombre del gran señor Moctezuma para dirigirse a su hija, la pequeña Copo de Algodón. Ahí, ante nuestros ojos, rodeó su cuello con el collar de las expresiones floridas y austeras con que los padres aztecas aconsejaban a sus hijas:


Al finalizar la puesta en escena, la bailarina nos entregó a todos plumas coloridas de aves, como un don precioso. Muchos de los asistentes manifestaron su regocijo y asombro ante todo lo que se había reunido en ese espacio: historia, leyenda, un libro, ilustraciones, danza, cantos, invocaciones del ser azteca, diálogo de poetas. Un abuelo nos dijo que quería entregar el libro como una herencia para sus nietos. La magia creada, todos deseaban convertirse en parte de esos destinos misteriosos y presentes evocados por un solo nombre: Copo de Algodón.

Artistas, editora, autora e ilustrador nos reunimos en el escenario para hablar  de Copo de Algodón


Al salir del Museo, frente a la puerta principal hay una especie de mirador de los vestigios prehispánicos. Al fondo se encuentra la Catedral de México. Ahí encontré a una niña de 14 años, portadora del bello nombre náhuatl de Xóchitl (flor) sumergiéndose en la lectura del libro parada sobre el pasado azteca.
Al salir del Museo, encontré a Xóchitl, que cursa tercero de secundaria,
leyendo Copo de Algodón en voz alta, para su madre que la escuchaba frente a
los vestigios del Templo Mayor de los aztecas.


No quisimos dejar pasar la oportunidad de visitar la exposición de Moctezuma II, de admirar los objetos que rodearon su reinado, de llenar de miradas a la recién encontrada Tlaltecuhtli, diosa inmensa, de recorrer el mapa del imperio, que llegaba hasta Nicaragua (Nican Anáhuac: hasta aquí México), de mirar el cuerpo despedazado de Coyolxauqhi, la Diosa Luna y de meditar en la fugacidad de la vida, en el aunque sea de jade se quiebra, aunque sea plumaje de quetzal se desgarra, aunque sea oro se rompe... del rey Nezahualcóyotl, que fue poeta y que amó, por sobre todas las bellezas de la vida, a su hermano el hombre.
Y el adiós a Moctezuma "el que se enoja como señor", a quien evocamos en su faceta
más desconocida: la del padre cariñoso de su hija Tecuixpo
Con Ana Laura Delgado, directora de Ediciones El Naranjo
frente a una reproducción de un estandarte de arte plumario
en la Exposición Moctezuma II, en el Templo Mayor