04 mayo 2010
¿Quién es Copo de Algodón?
La breve vida de Tecuixpo Itlaxóchitl (c. 1510 - c. 1550), también llamada Isabel Moctezuma, tiene proporciones míticas.
Fue la hija favorita del gran Moctezuma y de su esposa Teyhualco. Por sus venas corría la sangre de Acamapichtli, el fundador de la dinastía de los grandes tlatoanis del Anáhuac, que no heredaban el derecho de sentarse en el icpalli o trono, sino que lo ganaban por su fiereza en la guerra, por su discreción, por su sobriedad y contención, por su prudencia.
Tecuixpo tenía diez años cuando en las nobles Casas de su padre Moctezuma y su abuelo Axayácatl irrumpió un puñado de hombres desconocidos que hablaban una lengua extraña. Esos hombres hicieron prisionero a su padre, al tlatoani, en una prisión dulce en la que convivían e intercambiaban palabras mientras inexorablemente el destino mexica resbalaba hacia su final, hacia su nada aparente. Tecuixpo estaba en las Casas de Axayácatl cuando Pedro de Alvarado ordenó la matanza en el Templo Mayor, cuando regresó Cortés y mandó que Moctezuma subiera a la azotea y recibió la lluvia de pedradas y murió en circunstancias misteriosas.
Los cronistas cuentan que Moctezuma encargó a Cortés a su hija muy especialmente, que le fue impuesto el nombre de Isabel y que doña Isabel Moctezuma fue señora de Tacuba, una reina en un mundo que se fraguaba duramente, que fundía realidades irreconciliables, que enterraba dioses fuertes y guerreros bajo los cimientos de la iglesia de la humildad y del amor. Humildad y amor que chocaban con las cadenas de la esclavitud y con las marcas a fuego sobre la carne indígena.
Mundo contradictorio el de Isabel Moctezuma. Los cronistas callan que tuvo una hija con Hernán Cortés a la que ella se negó a reconocer por razones desconocidas, pero que apuntan al orgullo herido de una princesa, defraudada por la compleja personalidad del conquistador, quien logró someter a un imperio descomunal y ferozmente bélico pero, que a diferencia del gran Moctezuma, no supo entender su destino.
Los cronistas cuentan que desposó sucesivamente a tres esposos españoles: Alonso de Grado, Juan Gallego de Andrade, de quien tuvo un hijo y Juan Cano de Saavedra, con quien procreó cinco: tres varones y dos mujeres.
Podemos imaginar su rostro y el sonido de su voz a través de las palabras de las viejas crónicas:
"es su rostro algo parecido al de las castellanas e su piel con matiz de india; sus ojos grandes, de mirar apenado, e negros; su nariz aguileña, la boca chica. Dijérase tiene el corazón en los labios, pues tal es su forma y el amor que pone en todos sus dichos e palabras."
Tecuixpo Itlaxóchitl. Su nombre náhuatl significa Copo de Algodón, Flor Blanca. Connotaciones primaverales tiene su nombre. De principio, de amanecida, de origen, de comienzo de un mundo.
Ignoramos dónde están los restos de Copo de Algodón. Los niños mexicanos no la encuentran ni la leen en sus libros de texto. En México no hay nomenclatura urbana que la recuerde. No tiene una estatua, ni un museo, ni la pintó Diego Rivera, ni Siqueiros, ni Orozco. En España, en Cáceres, lugar de origen de su tercer marido, hay un Palacio de Moctezuma donde vivió uno de sus descendientes y una avenida Doña Isabel Moctezuma en la que confluyen calles con nombres de reyes y caudillos indígenas americanos.
Princesa de la alta sangre mexica, niña de los ojos de su padre Moctezuma, fue esposa de Cuitláhuac y Cuauhtémoc, tuvo una hija con Hernán Cortés y por sus matrimonios con españoles fue la fundadora de la mexicanidad a través de sus muchos hijos y nietos innumerables. Su sangre persiste hasta hoy y su voz está a punto de hacerse escuchar a través de un libro de literatura juvenil que bajo el sello de Ediciones El Naranjo ha nacido en la primavera 2010.